Llega final de 2013. Toca hacer
balance. Normalmente lo hago en privado, pero este año haré una excepción
porque así me apetece.
La cantidad de cosas que he
aprendido este año… Y no, el inglés sigue estancado :) Los aprendizajes a los que me
refiero son de otro tipo. Son esas cositas que muchas veces no conoces y hace
que vayas sin rumbo (y algunas personas sin freno). Son esos autoconocimientos
que hacen falta descubrir. Y descubrirlos tú misma.
2013 ha sido un año lleno de
oportunidades para mí que me han ayudado mucho a ver esa meta. Sé hacia donde
no quiero ir, pero lo más importante de todo es que sé lo que quiero
hacer en un futuro cercano. Puede que siempre lo supiera de manera
inconsciente, pero que no me diera cuenta. Barreras. Malditas barreras
internas. ¿O maravillosas barreras internas? Todo tiene su tiempo, su momento, y
también el punto de preparación de cada uno de nosotr@s para saber aprovechar
esas oportunidades. Y ahora es mi momento. Este año he encontrado mi momento.
¿De qué hablo? ¿De la foto? Pues
también. Mi primera exposición “Instantes en Cuenca” fue un pasito más. Una
manera de testear reacciones ante lo que quiero mostrar con la fotografía. Cuando
me preguntan si soy Bea la de las fotos diferentes, me sigue poniendo
nerviosa además de hacerme ilusión. Voy por buen camino, lo sé. Y aunque no
tengo prisa sí tengo ganas de empezar al 100%.
Pero de lo otro que hablo es de
esos años haciendo reeducaciones con chicos y chicas difíciles que, por fin,
en este año he podido ver el por qué. A veces te convences que lo haces por ganar
algo de dinero, por aprovechar el tiempo que tanto nos inculcan en la sociedad,
a no dejar pasar horas “sin hacer nada”. Ocupar todo tu tiempo en algo
productivo y mejor si es al 150% de rendimiento. Este año me he dado cuenta que
mientras que esto de las reeducaciones empezó en mis tiempos universitarios por
ganar un dinero y no tener que pedirlo en casa, hoy lo hago porque lo necesito.
Ya forma parte de mi manera de ver y de ser. Ahora mi mirada es diferente.
2013 ha sido un año de cambio de chip. Mi chip. Y 2014 es un año de preparación, de nuevos aprendizajes en estas dos facetas.
Sigue siendo un año en el que
coger la cámara réflex para salir a hacer unas fotografías no es sólo una
manera de pasar el rato y hacer reportajes. Es mi manera de encontrar el
equilibrio y el relax.
Sigue siendo un año en el que
aprendo mucho de esas contenciones sociales que hago en mi trabajo y con las
reeducaciones. El tratar con personas es algo que necesito cada día.
Gran parte de este cambio de chip es “por
culpa” de personas de mi entorno que me han guiado hasta que yo misma me he
preguntado: “¿Bea, sigues sin darte cuenta?”.
Y justo en ese momento lo haces
consciente, dejas de lado las excusas internas y planificas los pasos para
llegar a la meta. Sonríes. Porque te das cuenta que existe una fusión entre tus dos mundos, y hay que aprovechar la oportunidad buscada.
¡Feliz 2014 y felices oportunidades!
En vuestras manos está el aprovecharlas.
1 comentario:
Maravillosas perspectivas y horizontes. Te deseo en el nuevo año que den sus frutos y nuevas metas. Un abrazo
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